Cap de Laubere y Pic de Bassia-Sailla

06 Abr, 2012 Por MAB

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Crónica de la promocional al Cap de Laubere 2233 m. y Pic de Bassia-Sailla 2430 m.

Este año elegir los itinerarios para realizar las salidas promocionales no está resultando un trabajo fácil debido a la ausencia de precipitaciones. Aunque en esta ocasión nuestro destino que era La Forca de Remuñé en el Valle de Benasque, tuvo que ser cambiado en función de las últimas nevadas con espesores de hasta un metro.

Una vez más, esta temporada fijamos nuestras miradas en Francia, donde elegimos dos cimas: el Cap de Laubere 2233 m y el Pic de Bassia-Sailla 2430 m, de perfiles suaves, con una altura mucho más modesta y así, de esta manera, poder minimizar el riesgo 4 de aludes que estaba previsto para el fin de semana del 24-25 por encima de los 2000 metros.

Hasta Ens, un pueblecito cerca de Saint Lary a 1200 metros de altura,  nos trasladamos 7 miembros de Montañeros de Barbastro y 9 de Peña Guara. Desde allí como punto de inicio, sobre las 9 comenzamos la marcha a pie por una pista dirección suroeste. Tras media hora de caminar nos calzamos los esquís, llegamos al Lac de Coume, continuamos dirección este, hasta llegar a un suave espolón, donde en cuestión de 2 días el sol había hecho estragos y había hecho desaparecer prácticamente la nieve en un tramo de unos 150 metros, teniendo que buscar una alternativa por el espolón para el descenso.

Por terreno cómodo y evidente fuimos ganando altura hasta la discreta cima del Cap de Laubere, ya sólo nos separaba de nuestro destino final el Pic de Bassia-Sailla una bonita arista, que remontamos foqueando en unos 30 minutos, disfrutando de las hermosas vistas que nos ofrecían las dos vertientes. Una vez en la cima, hicimos un merecido descanso para reponer fuerzas, comimos, hicimos la foto de grupo, donde se refleja nuestras caras de felicidad y nos preparamos para comenzar el descenso que se realizó por el mismo itinerario de subida.

En los primeros metros, bajar por la arista resultó un poco incómodo, ya que había tramos que remontar, pero una vez que alcanzamos el Cap de Laubere, nos encontramos con una nieve polvo que nos sorprendió a todos, situación que se hizo patente por los gritos que dábamos mientras esquiábamos por amplias y suaves palas. La nieve se fue transformando conforme íbamos perdiendo altura, convirtiéndose en nieve húmeda y pesada, para acabar prácticamente haciendo “esquí de supervivencia” .

Una vez en la pista, ya sólo nos quedó que cargar los esquís en las mochilas y llegar a los coches.

Eduardo Batista.

Sección de esqui de montaña