Lagos de Neouvielle
El pasado fin de semana los senderistas hemos estado en “La Reserva Natural de Neouvielle” por una ruta que une varios lagos. A pesar de que el tiempo se propuso no dejarnos en paz, le plantamos cara y seguimos adelante, siempre asumiendo que nos podíamos poner chupidos en cualquier momento, al final resultó que lo que teníamos previsto visitar era un lugar de lo más hermoso, solo nos quejamos de no haber podido disfrutar de un día soleado, pues al parecer a la hermosura del entorno se une el colorido de la época en que nos encontramos, primavera tardía, aun así, pudimos extasiarnos con los pinos centenarios con las puntas de las ramas verde claro de los nuevos brotes destacando frente al verde oscuro del resto del pino, la frondosidad de los bosques que creciendo en difícil equilibrio en las laderas de las montañas y los barrancos revisten el entorno de una variedad cromática que hizo que en algunos momentos la cámaras fotográficas echasen humo.
Llegamos al aparcamiento y tras prepararnos salimos por una senda que cruza el cauce seco de un rio, enseguida se convierte en una pista, que sin casi darnos cuenta nos acerca al Lac de L´Oule, este está represado, disfrutamos de la vista del agua y de las montañas que rodean el paraje. Seguimos andando y al poco rato debemos de coger un camino que parte a la izquierda de la pista, que nos llevara al Col d´Estoudou, este, enseguida toma altura es un camino cómodo, pero que en poco tiempo supera unos trescientos metros de desnivel por lo tanto lo tomamos con calma a fin de no diezmar las energías rápidamente. Ya en el collado divisamos distintos lagos que se ven desde un mirador, aquí paramos a almorzar, en ello estábamos cuando una lluvia insidiosa de las que no molestan pero calan, hizo acto de presencia. Aquí es donde nos la jugamos, o tomar por un camino que corta y llega a la carretera y de ella al autobús, pero que no veríamos mas de lo que ya habíamos visto, o seguir y arriesgarnos, así que seguimos, nos cubrimos con paraguas y capas y allá vamos.
Tras ir por un camino que discurre entre bosques llegamos a una zona de pastos y casi pasando desapercibidos aparecen unos lagos pequeñitos pero no por ello con menos encanto, y ya cuando habíamos perdido las esperanzas de ver nada más se presenta ante nosotros el majestuoso Lac d´Aumar que visto desde lejos parece que tiene una isla en medio, pero que cuando vas acercándote te das cuenta que es la tierra que se adentra en el lago. El tiempo nos da de vez en cuando una tregua y podemos poner los paraguas de bastón y quitarnos los gorros de las capas.
Rodeamos el lago y llegamos en poco tiempo al Lac d´Aubert desde el cual se divisaría la cima de Neouvielle con sus 3091 msnm, cuyo nombre significa “Nieve Vieja” pero que la niebla que rodea el lago no deja ver. Aquí paramos a reponer fuerzas, y nuevamente nos visita la lluvia, a si que antes de que nos cale, cogemos los aperos y nos disponemos a aceptarla estoicamente.
Seguimos ya hacia abajo, cosa que agradecemos aunque cuando llevamos un rato volvemos a echar en falta alguna subidita solo para desentumecer las rodillas. Esta bajada se llama la Sentier des Laquettes, (senda de los laguetes). Los lagos en cuestión son una sucesión de ellos a cada cual más bonito, como de vez en cuando el tiempo se calma se reflejan las montañas en ellos y crean la visión de espejo que tanto nos gusta ver, disparamos las cámaras de fotos en busca de la fotografía del premio. Nuevamente cuando nos paramos a reagruparnos vuelve a aparecer la lluvia. Finalmente llegamos al Lac d´Oredon, donde nos espera el autobús, ya mas relajados disfrutamos del entorno porque habíamos conseguido nuestro objetivo, ver los lagos y no mojarnos demasiado.
Una vez cambiados entramos en la caseta de información y nos pasan un audiovisual del parque, es en francés, pero a estas alturas el idioma ya no nos es desconocido del todo y nos damos cuenta que algo pillamos jajajaja. Ante este audiovisual nos lamentamos de no haber tenido el tiempo soleado para poder disfrutar del colorido.
Al salir constatamos que el tiempo por fin desencadena lo que durante todo el día había estado prometiendo, una lluvia torrencial, pero ya estamos en el autobús y ahora no nos importa.
Nos ponemos en marcha, pero no contentos con todos los lagos que hemos visitado el autobús nos lleva por una carretera terrorífica hasta la represa del Cap de long. Llegados al destino, como llovía y tampoco es que fuésemos muy sobrados de tiempo, nos dicen “cinco minutos y nos vamos”, esta vez es José el que avisa. Total unas fotos y vuelta a la carretera digna de una película de terror. Tras la tensión de la bajada y ya en el camino de vuelta a España, como todavía llovía y estábamos un poco destemplados, a alguien se le ocurrió que podríamos tomar un chocolatito bien calentito y pensado y ejecutado……, Loli llamó al restaurante de Salinas y lo encargó, cuando llegamos ya estaban esperándonos con todo preparado y que bien nos sentó.
Ya en Barbastro y con el tiempo despejado nos citamos para la siguiente. ¡¡¡¡Hasta la próxima!!!! Y…………esperamos que no sea tan húmeda, jajajaja.
hay fotos de la excursion publicadas en Picasa.
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