Del Valle de Remuñe al Lago D’Oô

El domingo 23 de Agosto un nutrido grupo de 21 senderistas partimos de Barbastro con la idea de realizar la ruta que partiendo del Valle de Remuñé nos llevaría hasta el lago d’Oô.

En el parking a la entrada del valle nos apeamos 17 y los otros 4 se iban hacia Francia en el autobús que les llevaría hasta Bagnères de Luchon y desde allí hasta las Granjas de Astau, punto de partida de la excursión hacia el Lago y continuación en ascenso para llegar a nuestro encuentro.

Entramos en el valle de Remuñé con un tiempo fresco. La meteo había pronosticado muchas lluvias el sábado y algunas lloviznas suaves el domingo, por lo que partíamos animados, aunque el sábado apenas había llovido. Con buen paso comenzamos la bonita travesía por uno de los valles con más encanto del Pirineo, pero poco a poco el cielo se fue cubriendo y una espesa niebla nos tapaba la visión de la zona de Los Llanos y no llegamos a contemplar las cumbres. Antes de llegar a la pleta del valle la lluvia hizo su aparición, lo que nos obligó a cubrirnos y abrir paraguas. Después de comer un bocata continuamos el ascenso hacia el Portal de Remuñé y según se ganaba altura, la niebla se hacía más densa.

Llegamos encima del Ibón Blanco de Literola pero no pudimos admirarlo en su magnitud. También tuvimos vetadas las magníficas vistas de las cumbres que desde aquí se pueden admirar. Sin perdernos de vista, y procurando no perder los mojones indicadores y ayudados por el GPS, seguimos en ascenso hacia la zona lateral del nevero que desde el Collado Inferior de Literola se abría en abanico hacia el ibón. Casi sin visibilidad nos encaramamos en el collado y respiramos tranquilos. La subida se nos había hecho larga y dura, pues el tiempo fue inclemente con nosotros y a la lluvia se unieron rachas fuertes de viento y casi en el collado llegó a caernos un poco de «toscón».

Al poco de descender por el nevero, ya en Francia, desde el collado, y como si de un espejismo se tratara, ante nosotros se abrió un paisaje de alta montaña de los que cortan la respiración. Cumbres impresionantes, neveros colgados, cascadas colgadas y crestas imposibles. Y al fondo, el represado Lago del Portillón recogiendo todas las aguas. Eso nos animó mucho y hasta nos hizo entrar en calor.

Con la vista puesta en la presa y el refugio del Portillón (Refugio Jean Arlaud) comenzamos un largo descenso por pedreras, sendas, ya hasta algún pasamanos de seguridad. Con mucho frío llegamos al refugio, comemos y algunos no dudaron en tomarse un chocolate caliente. Sin tiempo que perder continuamos el vertiginoso descenso hacia el refugio de Espingo, pasando por el Lago Saussat. Esta larga bajada presenta un camino de piedras lisas tan bien colocadas que hacen un disfrute su recorrido, lo que agradecieron nuestros pies después de lo que ya llevábamos pisado.

Desde el collado del refugio de Espingo el sendero seguía en descenso interminable y veíamos como las nubes se posaban en el fondo del valle sobre el Lago d’Oô. Sufriendo de pies y rodillas, unos más que otros, continuamos por el bosque hasta llegar al lago, pudiendo admirar la impresionante cascada de casi 300 ms desplomarse sobre el mismo. Hacemos unas pocas fotos y continuamos sin pérdida de tiempo hacia el autobús, por un precioso y amplio sendero del GR-10, que nos conduce hasta el parking de las Granjas d’Astau, cerca del pueblo de Oô, a pocos Kms de Bagnères de Luchon.

Travesía larga, impresionante y bonita como pocas. Una pena no poder admirarla en toda su grandeza por el tiempo que tuvimos. Con un desnivel de subida de unos 1200 ms y unos 1800 de bajada recorrimos unos 24 kms de distancia por unos de los valles más majestuosos del Pirineo. Al final invertimos unas 11 horas de travesía. En la mente de algunos queda repetirla.

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