Boltaña a Morillo de Sampietro (PR-HU 44)

SAN VICENTE DE LABUERDA – MORILLO DE SAMPIETRO – ESCALONA

            El domingo 10 de Abril un grupo de 19 senderistas realizamos la excursión a Morillo de Sampietro. En un principio la salida estaba programada desde Boltaña por el PR-HU 44 hasta Morillo y después bajar a San Vicente de Labuerda. Como desde Boltaña parte del recorrido discurre por pista cambiamos sobre la marcha de trazado y nos fuimos con el bus hasta San Vicente de Labuerda.

Iniciamos el recorrido hacia el conjunto monumental de San Vicente presidido por su parroquial, con el Esconjuradero y la Abadía. Desde allí mismo observamos el emplazamiento de la ermita de San Visorio, excelente mirador natural sobre el Valle del Cinca, cuya visita dejamos para otra ocasión. Nos dirigimos a la parte alta del pueblo, donde tomamos el sendero PR-HU 185 que enseguida nos adentra en el bosque. El cielo está cubierto y en la subida, cómoda pero que no da un descanso, se hace patente la humedad del ambiente, por lo que pronto nos quitamos ropa de abrigo. El sendero recientemente limpiado es una verdadera belleza pues tan pronto se embosca como gira y te va mostrando preciosas vistas del valle del Ara con Peña Canciás al fondo y al Oeste la Sierra de Guara coronada de nieve. Al Este la Peña Montañesa se hace omnipresente y hacia el Sur Aínsa y el embalse de Mediano.

Paso a paso vamos ascendiendo hasta llegar al collado. Seguimos llaneando hasta enlazar con la senda que viene de Muro de Bellós. Este cruce bien señalado nos indica a la izquierda para ir a Morillo. Se hacen presentes magníficas vistas pero incompletas porque las nubes nos tapan las cumbres del Pirineo. En descenso vertiginoso llegamos a Morillo. Esta aldea deshabitada, que no abandonada, estratégicamente emplazada a casi 1000 metros de altitud, al pie de Nabaín y sobre las profundidades del río Yesa, domina una amplia panorámica del Pirineo. En el pasado hubo 9 casas habitadas.

Seguimos por la calle hasta toparnos con la Iglesia, modesto edificio del románico rural, que se encuentra abierta. Aprovechamos para hacer un descanso y dar buena cuenta de los fondos de la mochila. Antes de marchar nos asomamos al barranco del río Yesa que discurre encajonado y en pronunciados giros. Excelente panorámica: Sestrales, Castillo Mayor, Peña Montañesa, Cotiella y en un día despejado toda la majestuosidad del Pirineo. En frente nuestro identificamos el Bramapán que tan grato recuerdo nos trae.

Volvemos sobre nuestros pasos, y aunque amenaza tormenta, se decide por mayoría ir a Escalona. Tenemos asumido que nos vamos a mojar. Llegamos hasta el cruce y seguimos dirección Muro de Bellós. Pronto tomamos el desvío al sendero que nos lleva por toda la divisoria de valles, siempre por el bosque, lo que es un verdadero disfrute. Seguimos en descenso y en un giro a la altura del cruce que nos llevaría a San Vicente por el PR-HU 40, nos sorprenden unas espléndidas vistas del valle con el despoblado Muro de Bellós en el centro. Empieza a llover y sacamos capas, paraguas y todo lo que nos pueda proteger de la lluvia y aceleramos el paso. Pequeña parada en Muro de Bellós, y continuamos por pista y senda hasta llegar a Escalona, sin haber comido.

Estamos satisfechos de haber podido completar la excursión aunque algo contrariados porque nos han fallado las vistas. Buen motivo para volver en otra ocasión y disfrutar de estos senderos. En total 700 ms de desnivel con 17 kms de senderos transitados, algunos, bajo lluvia.

FOTOS DEL EVENTO:  EN PICASA

 

 

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