Tuca de Vallibierna y Culebras

by MAB | 19 agosto, 2016 1:42 pm

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Un grupo formado por 21 montañeros del club nos fuimos a realizar la ruta circular que sube al pico Vallibierna, el Paso del Caballo, la Tuca de Culebras y baja por el collado de LLauset. Para llegar al embalse de Llauset, punto de partida de la excursión, hemos venido por la N-230 hacia Vielha. A la altura de Senet, nos desviamos hacia la población de Aneto y seguimos por carretera, no muy bien asfaltada, durante unos 14 km., pasamos los túneles y llegamos a la zona de aparcamiento.

Comenzamos a caminar desde la presa a 2200 m de altitud. Hace algo de fresquete pero no importa dadas las fechas en que nos encontramos. Subimos por el sendero GR-11 que bordea el embalse en dirección al refugio nuevo de Cap de Llauset, pasando antes por la cabaña y el Ibón de Botornás. En el refugio nos espera Ramonet, que fue más previsor y pudo reservar plaza con tiempo para hacer noche. Enseguida continuamos la marcha por el sendero y dejaremos de lado el GR que continúa hacia el collado de Vallibierna y nos iremos a pasar cerca de los Ibones de Coma Arnau, y siempre hacia la derecha (hay muchos senderos cruzados) para tomar altura. Vemos la gente que sube, y dejando a derecha el desvío al Ibón Chelat alcanzamos la empinada ladera, que parece muy dura desde lejos, pero se hace llevadera zigzagueando, salvo en el tramo final que es un poco más directo.

Vamos subiendo y poniendo nombres a las cumbres que las nubes nos van descubriendo a la par que tapando. Panorámica preciosa la que tenemos ante nosotros. Majestuoso el Aneto. Admirables las Maladetas, Tempestades, Russell, Mullieres, … No nos cansamos de verlos. Y a nuestros pies un numeroso grupo de ibones llenan las cubetas del valle.

El tiempo nos acompaña, y entre nubes y claros, pero sin calor, llegamos a la cresta cimera del pico Vallibierna. Cresta bonita, algo aérea, pero lo suficiente ancha para permitir caminar sin problemas. Cumbre del pico a 3067 ms. Ya tenemos frente a nosotros el famoso Paso del Caballo, que a primera vista impresiona de verdad. Este es el único punto delicado de la ruta, pero qué duda cabe que viene a dar emoción y hacer atractiva la ruta. Se trata de una arista de unos 20m de largo, afilada y expuesta. No es muy difícil, pero es necesario que al pasar prestemos mucha atención. Nosotros aprovechamos los pitones para colocar una cuerda y asegurarnos bien y no asumir riesgos. Si no se quiere hacer el paso hay una alternativa por un camino que transcurre por la vertiente Sur por roca algo descompuesta.

Cuando ya prácticamente estábamos terminando el paso, las nubes que nos perseguían empezaron a descargar. Parecía que iba a nevusquear «toscón» cuando se convirtió en una fuerte lluvia, que en un momento se transformó en granizo. Duró poco y se quedó con nosotros un buen aguacero que nos acompañó en la bajada. En la cima de la Tuca de Culebras a 3059 m. apenas podíamos vernos entre la niebla y la lluvia. Nos metimos en la canal de piedra descompuesta, que de forma más cómoda y rápida nos condujo hasta el collado de Culebras. Desde aquí sólo nos quedaba situarnos para dirigirnos hacia el collado de Llauset. El paisaje en este instante era precioso pues los colores que tiene aquí la tierra, con el día nublado, nos hacían pensar en cualquier paisaje volcánico. Hubo alguno que recordó su estancia en Islandia.

Nos reunimos en el collado, algunos empapados hasta la médula, y sin pensarlo mucho nos lanzamos pendiente abajo, por un sendero de piedra fina que baja de forma vertiginosa por el hondo del valle al lado del torrente del Llauset. En un momento el sol volvió a hacer aparición, ahora ya para quedarse con nosotros, calentarnos e incluso lograr secar nuestras ropas y enseres. Antes de llegar a la cola del embalse paramos un momento para comer y de paso comentar las incidencias de la travesía. Seguimos después el sendero hasta enlazar con la señal del desvío que habíamos dejado en la subida hacia el refugio. Desde allí sólo quedaba desandar el camino anterior hasta llegar a la presa. Volvemos la vista y nos agrada contemplar dónde habíamos estado y el sendero que nos había traído de vuelta. Habíamos hecho unos 12 kms. de travesía con algo menos de 1000 metros de desnivel. Travesía circular que nos deja un buen recuerdo montañero.