Circular de marcha nórdica al Almerge

by MAB | 7 noviembre, 2017 8:26 pm

Este otoño nos ha ofrecido magníficos días para disfrutar de la marcha nórdica en los senderos del Somontano. Una de las rutas realizadas fue al despoblado del Almerge.  Comenzamos recorrido en el puente de la autovía cerca de El Pueyo en dirección a Peraltilla, por la cabañera o antigua cañada real en dirección Berbegal. En el primer tramo de nuestra ruta ya encontramos el barranco de La Clamor. Una vez alcanzamos el camino de Fornillos o GR 45 giraremos a nuestra derecha e iremos cerrando círculo hasta encontrar de nuevo otro cruce de pista con el indicador de El Pueyo. En algún tramo la pista o GR queda desdibujada al haber sido labrado el camino, desde aquí pedimos a los propietarios de los campos que se respeten estos lugares de paso.

El Almerge poblado abandonado situado junto al barranco de la Clamor, perteneciente al término municipal de Laluenga, es un lugar misterioso y atractivo. Sorprenden las ruinas de la ermita románica del siglo XII. Allí se aprecia en el paisaje la erosión del barranco, también se pueden ver algunos restos de muros, escaleras,silos y algibes, tallados aprovechando las piedras areniscas, que denota la intensa actividad de siglos atrás en este importante asentamiento.

Entristece ver el ábside en ruinas de la Iglesia románica de este interesante enclave,  en el horizonte tenemos a la vista el Monasterio de El Pueyo, que divisamos en todo nuestro recorrido.  También sorprende el paisaje escarpado del barranco y las curiosas formas que la erosión ha producido. Dedicamos un buen rato a descansar y observar, retrocediendo en el tiempo.

El Barranco de la Clamor nace cerca de Azlor para acabar desembocando en el Cinca cerca de Pomar, realiza un encajado y profundo surco al que convergen pequeños barrancos recogiendo también aguas de los regadíos de la zona, en esta ocasión baja crecido y vemos el rastro en la vegetación que ha dejado la jornada de lluvia, lo atravesamos continuando con nuestra ruta ya de regreso.

Gran parte del recorrido lo realizamos por las Chesas (yesos), terreno donde abundan y se aprecian en el paisaje. En el tramo que atravesamos de las chesas, los campos de cereales se refugian en las hondonadas de las colinas de yesos formando curiosas formas y figuras. Desde muy antiguo, los yesos se han venido usando como material de construcción y todavía perduran algunas casetas o edificaciones, algunos plenamente mimetizados con el paisaje blanco y gris del entorno.

El Pueyo está cada vez más cercano, en esta ocasión el recorrido asciende progresivamente hasta llegar al punto de partida.  Han sido 12, 5 km de ruta circular donde hemos disfrutado de la marcha nórdica, de la buena compañia y de los peculiares paisajes de esta parte del Somontano

 

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