Crónica Tuca Culebras – Vallibierna
por Josan
El pasado 3 de julio Montañeros de Aragón Barbastro realizó una excelente salida de alta montaña con el fin de hollar las cimas de Vallibierna y Tuca de Culebras, ambas de poco más de tres mil metros y separadas por el famoso Paso de Caballo.
El grupo estaba formado por ocho montañeros del Club y dos invitados, que forman parte del Club Pirineos, de Zaragoza. La actividad estaba coordinada por Cristóbal Cuello y Jairo Lanau.
Tras un buen madrugón salimos en coches particulares a las 05:30 horas y llegamos al Embalse de Llauset a las 07:30 h.
Tras conocer a los zaragozanos empezamos la marcha.
Subimos siguiendo el cauce del río Llauset hasta alcanzar el collado del mismo nombre, una subida tendida y de recorrido evidente, teniendo siempre a la derecha las cimas que perseguíamos. Una vez en el Collado, pudimos disfrutar de las primeras vistas panorámicas, desde la zona de expansión de las pistas de Cerler por Castanesa, hasta el macizo del Aneto. Nos quedaba una zona de pequeñas trepadas en las que ganamos altura con rapidez.
Llegamos a la cima de la Tuca de Culebras (3.051 m.) a las 10,30 h., sin habernos encontrado con montañeros que hicieran este recorrido, ya que casi todos suben por el camino del refugio. Entre los picos de Tuca de Culebras y Vallibierna, se yergue la arista llamada Paso del Caballo, unos veinte metros de roca pulida y muy estable separando las dos vertientes. Está equipada con pitones para poder anclar una cuerda de seguridad. Es lo que hicieron Cristóbal y Jairo, ayudando a quienes prefirieron pasar asegurados. Tras las fotos de rigor, y un ligero almuerzo en la cima de la Tuca de Vallibierna (3.056 m) disfrutando del buen tiempo, comenzamos el descenso, encontrándonos con varios grupos que subían. Nosotros bajamos con tranquilidad, habíamos concertado comida en el Refugio de Llauset, a donde llegamos a las 13:30 h. Tras una excelente comida, en la que el buen humor y los chistes acompañaron a las viandas, realizamos el último tramo hasta el embalse donde habíamos dejado los coches, dando por finalizado un día de alta montaña para recordar. Al hecho de haber logrado las cimas se unió el buen ambiente que hubo, tanto que los de Zaragoza nos dijeron que se iban a apuntar a Montañeros de Barbastro.
Gracias a Cristóbal y a Jairo por habernos ofrecido esta estupenda jornada en la que estuvieron siempre pendientes de todos y cada uno para que resultara un éxito.