Raquetas por Cuello Gordo

04 Mar, 2011 Por MAB

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 El autobús nos  dejo en la pista que va desde Nerin a Cuello Arenas, como la carretera estaba limpia de nieve, nos  acerco bastante a nuestro punto de inicio, así que pronto nos  pusimos las raquetas y empezamos el recorrido con abundante nieve.

Nos las prometíamos muy felices porque la intención era llegar a Cuello Gordo, donde se encuentra  el excelente mirador del Valle de Odesa, pero el tiempo  tenía otros planes para nosotros, las fuertes ráfagas de viento que nos  venían de frente acompañadas de  la nieve que arrastraban, nos hacían un poco complicado el seguir, además que tampoco podíamos disfrutar de la belleza que nos rodeaba ya que la visibilidad era prácticamente nula, con muy buen criterio nuestro guía Agustín decidió dar la vuelta cosa que aceptamos sin rechistar.

La vuelta se realizó  rápida, porque el viento nos venía de espalda y  nos empujaba y en  lugar de andar parecía que volábamos.

Vimos una caseta y nos acercamos para refugiarnos  a los lados pero como las ráfagas de viento seguían azotando se hacía  difícil estar  confortable.

Apareció Juan que es el director de la estación de esquí de fondo, abrió la caseta y nos invitó a entrar cosa que le agradecimos, porque dentro pudimos terminar de desayunar sin la incomodidad del viento, después nos invitó a ir a otra caseta  (prefabricada y de  metal) que  permanecía atada para que no se la llevase el aire, en esta tenían una estufa y nos ofrecieron  cafés y cafés con leche al gusto, cosa que le agradecimos sobremanera, el espacio era poco, pero cupimos los 20 sin problemas.

Nos comentó Juan que los sábados próximos a  la luna llena organiza  barbacoas  y excursiones nocturnas, previa reserva, también  organiza excursiones para montar en las maquinas pisa-pistas y hacer  recorridos hasta los miradores de Valle de Ordesa y Anisclo, nos sorprendió porque la mayoría desconocía que hicieran estas actividades.

El descenso hasta Nerin lo hicimos por una senda para evitar los zigzag de la pista, pudimos observar las maravillosas vistas que desde la pista se observaban, y como siempre  no nos decepcionaron.

Aquí termina nuestra odisea de las raquetas, que esta vez fue una lucha cuerpo a cuerpo con las inclemencias del tiempo.