Jornada de aguas vivas «Barranco de Miraval»
Jornadas de aguas vivas, organizadas por la FAM para monitores de barrancos, en las que realizamos el descenso del tramo más complicado del barranco Miraval, el cual no se empieza a descender prácticamente hasta dentro de un mes y aun así mantiene un caudal alto impracticable para las empresas por ejemplo.
Me ha parecido interesante compartirlo con el resto de socios por considerar que se trata de una actividad ya fuera de lo común en el barranquismo.
El descenso se comenzó sobre las 12 de la mañana cuando ya llevaba un rato lloviendo. Recordemos que el Miraval recoge toda el agua el valle de Escuaín, Consusa y río Yaga y que se caracteriza por ser un barranco muy estrecho, excavado, con dificultad de escapar, etc.
Los primeros tramos abiertos fueron sencillos y nos permitieron jugar en el agua de manera controlada para ir entrando en sintonía. Luego el barranco se encaja y nos viene un pasillo de al menos un kilómetro sin ningún tipo de escape ni ensanchamiento y de paredes vertiginosamente altas. Toda la fuerza del agua cobra aquí un carácter brutal.
Mucho ruido, frío y tensión marcaron el descenso, que requirió de muchísima concentración por parte de todos pues se necesitó de complejas maniobras de cuerdas y de mucha coordinación. En este tipo de descenso se usan cuerdas flotables de polipropileno, las cuerdas de rescate de kayak o aguas bravas. Sirven para asegurar los puntos conflictivos, sacar a una persona atrapada en un rebufo, remolino o drosage (movimientos de aguas mortales), etc. También se carga con varios equipos completos de material de instalación: burilador, maza, cordinos, uña, espits y numerosos clavos.
Así fuimos trabajando en equipo, saltando en carpa las pozas espumosas que indicaban peligro (y más vale no hundirte), asegurando largos pasillos de rápidos mediante clavos que instalamos y cuerdas, montando pasamanos a varios metros del agua para evitar tramos mortales, etc.
Y a las nueve de la noche, todavía lloviendo y con un aumento de caudal de al menos diez centímetros salimos por un escape a mano izquierda, instalando un espit, al final de esta parte más encajada e interesante pasando del resto del barranco ya más abierto. Es verdad que íbamos bastante cansados.
Edgar Sánchez Ortiz.
Monitor de barrancos EAM/FAM
Monitor de alta montaña EAM/FAM
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