Pico Bramapán

Belén montañero en el Pico Bramapán

El domingo día 20 de Diciembre un grupo de 29 senderistas nos fuimos a poner el Belén montañero en el Pico Bramapán. El fin de semana anterior habíamos celebrado el Belén que organiza la FAM en el Monasterio del Pueyo en Barbastro, pero nos apetecía, como es costumbre todos los años, celebrar nuestro propio Belén de Montaña.

Al principio a todo el mundo nos sonaba un poco raro el nombre del pico y no sabíamos donde ubicarlo. Salimos con el bus de Barbastro y pasado Aínsa, en Escalona tomamos el desvío hacia el Cañón de Añisclo y en Puyarruego la carretera lleva a Buerba y Vió. Es la que se usa de retorno en verano, cuando es de sentido único la del Cañón de Añisclo. Un precioso amanecer nos acompañó durante el viaje, lo que unido a la belleza del recorrido nos hizo el trayecto sumamente agradable.

El Tozal de Bramapán (1546 metros) es un pico escarpado y altivo que separa el Desfiladero de las Cambras, por donde discurre el río Bellós, del valle de Vió. Destaca por su forma picuda. Es un lugar bastante desconocido, pero sorprendente por las magníficas vistas que ofrece.

El autobús nos dejó a 1 km. antes de llegar a Buerba, junto al cartel de Casa Lisa. Cerca de allí en una de las curvas parte el sendero. Agustín y Pilar se habían encargado el día anterior de hacer la previa y lo dejaron todo bien marcado.

La senda enseguida nos introduce en el bosque. Está un poco descuidada. Al parecer son los cazadores los que en realidad la mantienen limpia. Tras numerosos zig-zag vamos subiendo sin descanso hasta llegar al Tozal d’o Pinar, donde ya empezamos a tener buenas vistas del Valle de Vió y las Tres Sorores. La subida aunque no muy fuerte es mantenida. Hace un día espléndido y nos sobra la mitad de la ropa que hemos traído.

Descendemos un poco esta cima hasta dar con el collado que la separa del Tozal de Bramapán. Desde aquí observamos lo que nos queda hasta la cima. Nos damos un respiro y nos agrupamos. Retomamos la senda que nos conduce hacia la cresta Noroeste, por donde ayudados por los bastones y agarrándonos a los bojes vamos subiendo hasta la cima. El camino no es muy complicado pero la sensación de vértigo se nota en algunos momentos. La última parte de la cresta se bordea por el sur y se hace más cómoda.

Está despejado y las vistas son increíbles, pues nos encontramos ante un mirador de 360º que ni por asomo imaginábamos encontrar. Merece la pena el esfuerzo realizado para disfrutar de esta panorámica. Creo no exagerar si digo que nos hallamos en uno de los miradores más bonitos del Pirineo. Al Norte, el Cañón de Añisclo y las Sestrales. Detrás, el macizo de las 3 Sorores con el majestuoso Monte Perdido. Al Este, Cotiella y la Peña Montañesa y al Oeste  Nabaín, entre otros. Además de las mencionadas, intentamos reconocer las cimas que conocemos: Castillo Mayor, Puntas verdes, Punta Llerga, Raymond d´Espouy, Canciás, Telera, Mondoto, Suerio, Punta Acuta, Peña Otal

Juan subió un equipo de música y enseguida nos ambientó. Colocamos nuestro Belén en la cima y, cada cual a su manera, nos «arreglamos» para la ocasión. Tras unas entrañables palabras de nuestro presidente pasamos a interpretar los habituales villancicos, con más voluntad que arte, sin duda. Tras ello dimos buena cuenta de los dulces y bebidas que llevábamos, pensando en no animarse mucho. Nos quedaba la bajada y había que ser muy cauto a la hora de poner los pies, pues la realizamos por el mismo sendero.

Rápidamente subimos al autobús y nos fuimos a comer al Turmo en  Labuerda donde tuvimos que dar cuenta de unas impresionantes judías y el guiso de cordero que nos esperaba. A los postres despedimos el año con el tradicional sorteo de regalos. Enhorabuena a Paco que se llevó el jamón.

Y a todos desearos  un ¡FELIZ 2016 MONTAÑERO!.

Editadas fotos en Picasa, de este evento y del Belén Montañero en el Pueyo de Barbastro,  estas ultimas aportadas por Fernando Sanchez

 

---