Cena senderista, 2012

29 May, 2012 Por MAB

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Un año más los senderistas nos hemos dado cita con la naturaleza y el buen comer con el fin de celebrar  la marcha tarde-nocturna y la cena senderista con la consiguiente entrega de platos-estatua de montañero, convendrán conmigo los asistentes que fue una velada distendida tranquila y divertida.

Nos dimos cita en las huertas para que el autobús nos acercase a las inmediaciones de Pano desde donde nos disponemos a empezar la marcha, la tarde se presenta  buena dentro de los limites meteorológicamente hablando, aunque algunos compañeros se trajeron todos los aperos disponibles para hacer frente a la posible tormenta la cual había sido prevista en algún medio de comunicación,  al final esta no hizo acto de presencia.

Llevábamos muy poco tiempo andando cuando cogimos el desvío que nos   acerca a las ruinas del Castillo de Panillo, tras inmortalizar el momento en la cámara fotográfica y subir a la torre, seguimos hacia el mirador del Malterrero, al que accedemos por una  pista para todo-terreno, que con varias curvas y un cierto desnivel nos deposita en el alto, el mirador es un lugar privilegiado que nos ofrece una vista del Pirineo y pre Pirineo, de la cual destacamos, el Cotiella entre calima y el Turbon, el cual esta tarde está entre nubes y se presta a que la imaginación vuele.

Seguimos hacia la ermita de San Martin, pero en vez de ir por la pista de  coches que va por la cresta, nos desviamos por un camino que parte a la derecha y que se adentra por una zona boscosa, rodea  un poco pero merece la pena puesto que el paraje es un rincón bucólico, fresco y lleno de olores primaverales.

Llegamos a la ermita de San Martin, y aquí nuevamente nos entretenemos  para admirar la vista que nos ofrece, puesto que podemos divisar a parte del Pirineo, el embalse del Grado con sus aguas plateadas fruto de la proyección del sol al atardecer. También se ve Torreciudad y La Puebla de Castro entre otros,  se puede decir que  gozamos de una vista privilegiada del valle que se extiende a los pies de la ermita.

Retrocedemos sobre nuestros pasos hasta alcanzar la pista que  en un pronunciado desnivel nos llevara a Panillo, por el  camino nos desviamos unos 100 metros para  contemplar un horno de cal.

Una vez en el autobús, procedemos a cambiarnos mientras comentamos los pormenores de la  excursión, es opinión general que ha sido muy bonita y no muy dura.

Llegamos al restaurante donde nos esperan unas judías con almejas de primero y una ternera a la jardinera además del postre, la cena esta buenísima, aunque un poco pesada para la noche, bromeamos con la posibilidad de volver a Barbastro andando con el fin de bajar la cena.

Cuando sirven los cafés, se procede a homenajear a los afortunados del año, pero…  Agustín, este año, y como despedida nos ofrece un plato (de plástico) a cada uno, eso si con el sello de Montañeros y un “pin”, la broma es la culminación de sus años de responsable de senderismo, ya que cada año para este día le matábamos la cabeza preguntándole si era el momento de que nos tocase recibir el premio. (Durante muchos años se obsequiaba con un plato de cerámica), por eso este día a los que les corresponde el premio siempre  decimos que les ha tocado un plato, aunque el premio sea otro como es el caso de este año. Así pues ya no nos podemos quejar puesto que todos disponemos de premio.

Los homenajeados reales este  año han sido: Mari Carmen Marin, Luisa Mora y Martin Rodríguez, y ante la emoción de los agasajados, la alegría de los demás con nuestro plato y la tripa llena por la opípara cena, damos por finalizada la jornada………….y…… nos despedimos hasta la próxima, que desde luego será distinta pero  no por eso peor. ¡¡¡¡Hasta la próxima!!!!

fotos de esta actividad en Picasa