Mulleres Agosto 2017

      Llegamos al aparcamiento a las 8’30 h allí ya nos esperan Agustín y Ramoné; procedemos a colocarnos las botas y pertrecharnos con las mochilas y bastones nos armamos también de paciencia, que la vamos a necesitar.

       La mañana es algo fresca, al poco de salir vamos bordeando el río, dejándolo siempre a nuestra izquierda, para, poco a poco, ir ascendiendo por senda bien marcada hasta llegar a la zona en la que todo lo que vemos no es más que piedras y más piedras, al frente siempre nuestro objetivo: Mulleres.

       Vamos directos a la base de una pequeña catarata, que es el desagüe del primer ibón, hay una trepada que se supera sin dificultad y a partir de aquí a seguir los hitos marcados en un gran caos de piedra granítica que nos llevará sin descanso hasta la zona en la que se suceden tres ibones que tal como ascendemos no se pierden de vista.

        Parada para reponer fuerzas y ya sin parar hasta el collado, otra trepada que hay que realizar con cuidado, pues la roca está algo descompuesta, una vez superada la dificultad solo nos queda crestear un tramo para llegar a la antecima de Mulleres con un gran hito que los montañeros hemos ido creando piedra a piedra y desde allí en 100 metros la cumbre de Mulleres, las vistas: magníficas, a pesar de que, poco poco, el cielo se había cubierto de nubes.

          Nos ha costado un poco más de lo previsto, hay que bajar y buscar sitio para comer; Agustín, siempre previsor, ha colocado cuerdas para descender el tramo más peligroso y así bajar lo más seguro posible.

          El descenso hasta el aparcamiento, por el mismo camino se hace largo y pesado, pues las piedras se siguen moviendo, jajajaja, dan ganas de calzarlas para que se estén quietas.

          El grupo ha ido llegando poco a poco, a los últimos nos toca correr  ya que se ha hecho tarde y al conductor del autobús el tacómetro le va a «cantar». Por tanto a tomar asiento y sin lo mejor de las excursiones: quitarte las botas. (No era cuestión de «ambientar» el bus). Jajajaja.

          En resumen bonita excursión con 16 km andados y 2.800 metros de desnivel acumulado.

         Martín Rodríguez.