De Loarre a Anies, pasando por Pusilibro y ermita de la Virgen de la Peña

De Loarre a Anies, pasando por Pusilibro y ermita de la Virgen de la Peña

 

Siguiendo con la programación de senderismo. Este domingo pasado los montañeros de Aragón Barbastro  hemos realizado la travesía que va desde el castillo de Loarre hasta Anies, pasando por Pusilibro y la ermita de la Virgen de la Peña.

Desde aquí deciros que  ha sido una excursión de las que recordaremos por el frio que hemos pasado y porque  la mitad del recorrido lo hemos pasado en medio de una buena nevada.

Empezamos al pie del castillo de Loarre, castillo románico situado en la localidad del mismo nombre, y que a su vez recibe el nombre de la sierra donde está situado. Lo rodeamos  por el lado donde  se asoma sobre toda la llanura de la Hoya de Huesca y en particular sobre Bolea. El camino discurre en una suave subida  hasta desembocar en la puerta principal. Lo contemplamos en su grandiosidad, y retomamos la historia para recordar que fue construido en el siglo XI y presenta un buen estado de conservación, lo que hace que sea uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar y civil del románico de España.

Seguimos senda en continuo ascenso hacia Pusilibro situado a 1596 m. Cuando  llevamos más de la mitad ascendido, nos encontramos con nieve helada, lo cual nos hace extremar  el cuidado a la hora de la progresión.

En el Pusilibro, nos damos solo el tiempo justo para la foto de grupo alrededor del vértice geodésico, porque hace mucho frio…aunque siempre queda un  momento para intentar descubrir entre las nubes  las montañas que nos rodean, siendo del todo imposible. Dado que la visibilidad es mala. Tambien vemos escondido entre bojes un belen, posiblemente el de este año… barajamos la posibilidad de que fuese el nuestro puesto hace muchos años, pero  descartamos la idea.

Descendemos hacia el cruce y nos desviamos por el camino de  la izquierda el cual nos lleva a  una cresta en descenso que bajamos con precaución pero sin incidentes, el tiempo sigue siendo de frio intenso y aire.

Al llegar a la pista buscamos un espacio entre los pinos para almorzar…tras este paréntesis que nuestros estómagos agradecen, emprendemos la marcha camino de la ermita, la idea inicial era coger un camino que nos alejase de la pista, pero este era más largo  y como el tiempo empezaba a empeorar tras un tiempo de deliberación se decide ir por la pista.

 Nos encontramos con huellas de nevada que poco a poco se van haciendo más abundantes hasta que la pista se presenta toda nevada y helada, empiezan a tontear unos copos de nieve que  descartamos que sean producto de  una nevada pero poco a poco se van haciendo más abundantes y gordos hasta que al final nos encontramos no sin sorpresa  en medio de una  nevada que dura un buen rato  y nos damos cuenta que va cuajando en el camino. Como es natural al principio  disfrutamos de la novedad, y como  se para  al rato pues no pasa de ser una anécdota más.

Llegamos a la ermita de la Virgen de la Peña y tras asomarnos para verla allá abajo, accedemos  por un camino excavado en la roca  que al ser muy aéreo le han puesto una sirgas para evitar accidentes, nos sorprende el enclave donde ha sido  situada, rodeada de enormes paredes construida aprovechando una oquedad en la roca, de estilo románico aragonés, se rodea de una curiosa leyenda descrita por el padre Faci:

Habiendo un caballero militar de los que guarnecían el vecino castillo de Loarre, salido a caza por aquellos montes y sierras con un halcón, soltólo contra una perdiz distante. La cual huyendo de su cruel enemigo, se arrojó dentro de la mencionada hondura a donde en seguimiento de la perdiz prosiguió su vuelo el halcón.

Hizo éste allí tan larga mansión sin volver a las manos de su dueño, que temeroso de perderlo este, comenzó a hacer las diligencias para recobrarlo. Quiso bajar a aquella hondura, más siendo por entonces imposible, dispuso que bajase un criado atado a una larga soga. Llegó este a lo profundo y allí como misterioso, sobre maravilloso retablo compuesto de una pomposa zarza, en cuyo lado derecho estaba la imagen de Nuestra Señora y en el siniestro la perdiz viva, como bajo el sagrado de aquella Reina Soberana; y así, aunque ladeada del halcón, libre de su crueldad, pues éste, como olvidado de su sangriento instinto parecía estar como suspenso y admirado de ver en tan oculto sitio un tan hermoso espectáculo: pero más lo admiró el devoto cristiano, viendo allí unidas la sombra y la luz, a María Santísima y la zarza, para desempeñar en término de Aniés la gran misión de Moisés en el monte Oreb.

Volvió el caballero, como noticioso ya de aquel tesoro, más feliz a su casa. y comunicando a los cristianos tan feliz noticia fueron en procesión al sitio, y sacando de él la imagen la trasladaron a la antiquísima iglesia de San Pedro Apóstol, que por entonces había en la raíz de dicho peñasco: hoy sólo hay vestigios de ella y de algunas fábricas vecinas, que en Aniés entienden haber sido de templarios: de que es no pequeña conjetura ser hoy Aniés encomienda de caballeros de San Juan, que sucedieron a los del Temple en muchos bienes y lugares.

Afirma la misma tradición que desde dicho templo de San Pedro se restituyó la imagen, una o más veces, al cóncavo de aquel peñasco donde fue hallada por el criado y caballero, por lo cual, venerando los de Anies la expresada voluntad de Nuestra Señora, le erigieron devotos en aquel cóncavo la iglesia en que hoy se venera: por estas últimas circunstancias debe llamarse aparecida dicha santa imagen, por más que las primeras sólo insinuasen hallazgo milagroso. Se conserva en dicha iglesia una memoria escrita, aunque con letra no muy antigua (pero sin duda trasladada de otra. u otras muy antiguas) en que se dice: «Esta aparición sucedió en los años de 903…»

Y siguiendo…. tras este curioso paréntesis, bajamos por el estrecho y tortuoso sendero hasta la pista  que nos llevara a Anies, llevamos en mente poder contemplar  la ermita desde la base,  pero nuevamente se pone a nevar  y esta vez empieza a calar, así que  la marcha se hace más rápida a fin de mojarnos lo menos posible, una mirada atrás y contemplamos entre la  bruma del agua-nieve la ermita allá en lo alto, suspendida entre majestuosas paredes, hacemos una parada para responder a las preguntas, de una chica que iba en bicicleta, que le interesaba saber cómo llegar a Bolea, le indicamos  que es mejor que vuelva a Anies, así que se da la vuelta, nosotros seguimos y sin parar llegamos al autobús que nos espera en Anies, sin cambiarnos y por unanimidad decidimos ir directamente a Barbastro, Por supuesto sin comer, así que….muy mojados y con el estómago en los pies, llegamos a Barbastro entre lluvia, contentos  pero destemplados y con frio, nos despedimos…. ¡¡¡¡hasta la próxima!!!!!

A continuacion os vamos a sorprender con otra vision del evento:

 Castillo de Loarre-Puchilibro-Aniés

 

      El autobús ha dejado a un grupo numeroso de senderistas bajo la cara sur del castillo de Loarre. Es el inicio de la ruta. Tras rodear la fortaleza, accedemos al aparcamiento, donde un poste indicador marca el arranque de los senderos PR hacia Rasal y el Pico Puchilibro. En el pinar la senda sube hasta alcanzar un falso collado tras los Mallos de Loarre, y luego aprovecha una pedrera para subir rápidamente hasta encontrar un poste indicador con los desvíos de las sendas hacia Rasal y el Puchilibro.  Aunque las 2 llevan a la misma zona, nos vamos a la izda, y cuando el cerrado bosque de pinos comienza a aclararse, salimos a la pradera conocida como Plan de Lugas. La cruzamos y enlazamos con la pista de Loarre a La Paúl de Aniés que enseguida dejamos para retomar la senda justo en un pequeño talud de la pista.

        Según ascendemos el sendero se encuentra tapizado de nieve que cada vez se aprecia más compacta y helada, obligándonos a extremar las precauciones para no resbalar. Lentamente, se alcanza una arista rocosa por la que se sigue la ascensión con fuerte pendiente y cada vez con  mejores vistas sobre el llano hasta una zona superior cubierta de erizones y algún pino suelto. Allí hay un cruce señalizado y se encuentra la senda que nos lleva hasta la cumbre del Pico de Puchilibro con su vértice geodésico.        Estamos bajo cero y además corre un viento que acentúa la sensación de frío por lo que sin tiempo que perder nos hacemos la foto de grupo y nos vamos del lugar buscando un sitio donde refugiarnos y poder comer algo. Una pena que no pudiéramos ver claramente las nevadas cumbres de la cara sur de los Pirineos, cubiertas de nubes amenazantes.

        El caso es que bajamos del pico y nos encaramamos en una bonita y aérea cresta con espléndidas vistas a la Hoya. De allí enlazamos con una pista, en cuyo pinar, ahora ya protegidos del viento, lo primero que hicimos fue ponernos a comer. Eran las 12,30  y teníamos hambre.           Pronto reanudamos la marcha por la pista y preferimos no dejarla por ganar tiempo, pues el día empeoraba y el desvío que había trazado Agustín no lo íbamos a disfrutar por la niebla. Seguimos la pista hasta enlazar con el PR-109 que viene de Rasal y pasando por La Paul de Aniés nos va a llevar hasta la Virgen de la Peña. Todo este recorrido lo realizamos nevando de manera intensa y empezando a blanquear los caminos. Creo que la alegría que aporta la nieve nos hacía mucho más agradable el recorrido. El paisaje estaba precioso.

        A paso ligero llegamos al espacio más espectacular de Aniés, Camuflado entre las paredes de conglomerado, encontramos el santuario de la Virgen de la Peña. Poco nos detenemos pues el aire es fuerte y el lugar es muy expuesto. No hemos concertado visita pero tomamos buena nota para volver en otra ocasión. Hacemos la bajada por un sendero estrecho y empinado, a la par que precioso, que nos lleva a una pista en la que enseguida tomamos el PR que nos acercará por atajos hasta el pueblo de Aniés, fin de nuestro recorrido. Tenemos agua-nieve y tiempo frío, por lo que el grupo decide volver no comer e ir directos a Barbastro.

        Hemos robado 7 horas al día dedicadas a caminar recorriendo estos bonitos parajes. Hemos tenido hielo, algún rayo de sol, niebla, viento, nieve y agua, pero lo mejor es que hemos disfrutado. Una avería de la cámara de vídeo no nos ha permitido grabar la excursión para compartirla con vosotros, pero os dejamos unas fotos como muestra.

Para ver fotos relacionadas clikar en !!!!Picasa¡¡¡¡

 

 


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